19 agosto 2009

La mayoría de la gente ve las relaciones como una entidad superior, más grande que ellos mismos, como algo especial que es necesario proteger a toda costa. Sin embargo, una relación, en esencia, es un intangible: es un contrato social, es decir, un pacto. El instinto que tenemos las personas de entrar en relaciones se debe a que evolutivamente esto es muy beneficioso.
Y esto, en su versión más básica, no es más que un acuerdo entre dos personas. Por supuesto, una relación puede llegar más lejos que las dos personas por separado. No tiene por qué limitarse al contrato social. En una relación puedes tener proyectos de futuro, se puede planear la vida en común. Puede ser mucho más que la suma de las partes. Pero jamás se puede anteponer el bienestar de la relación al bienestar de las dos personas que la componen.
Por ejemplo, algunas parejas cuando les va mal deciden tener un hijo, porque erróneamente creen que eso hará que la relación vaya mejor. No sorprende cuando después de tenerlo, la relación va aún peor, y además la situación se ha complicado por la presencia del niño. Una relación vista como un intercambio justo puede llegar más lejos que cada una de las dos personas por separado. Pero una relación en la que este equilibro está desvirtuado deja de tener este sentido y se convierte en una ligadura sin sentido, o en un parasitismo por parte de uno de los dos hacia el otro.
La infidelidad y las preocupaciones que nos provoca son un ejemplo claro de esto. En el momento en que una persona está más preocupada por el mantenimiento del pacto en sí, y no del objetivo, del fín último de la relación, ésta se convierte en una mera fachada social, hueca por dentro.

Porque si lo que quieres es únicamente que no te pongan los cuernos, macho, apuntas demasiado bajo. Estás viendo el problema desde una mentalidad muy cerrada: como sólo tengo a esta chica, quiero que no esté con ningún otro chico. Has plantado una bandera en un territorio y como ahora es tuyo, si viene otra persona y te lo quita, para empezar alguien se está llevando algo que es "tuyo", y para seguir como no tienes alternativas pues te quedas solo y lo pasas mal.
Lo primero es un Sentimiento de Posesión: esta chica está conmigo, así que es mía y de nadie más. Un sentimiento absurdo porque no podemos poseer a nadie: hace ya mucho tiempo que se abolió la esclavitud en occidente. Lo segundo es Mentalidad de Escasez: tienes un miedo atroz a perder a tu novia y quedarte solito. Buscar que tu pareja sea fiel únicamente para satisfacer estos dos sentimientos es una perspectiva un poco estrecha, ya que una pareja y una relación pueden aportarte mucho más que la simple satisfacción de tus necesidades e inseguridades.
En mi caso particular, cuando estoy en una relación monógama lo que quiero es no preocuparme de si me ponen cuernos o no. Ojo: no digo "que no me pongan los cuernos". Digo que no quiero preocuparme por ello. Tengo muchos objetivos en mente, tanto en la Visión de Futuro de mi relación, como en otros muchos proyectos fuera de ella, y no quiero otra preocupación constante dando vueltas por mi cabeza.
En general, como describiré en detalle en un próximo artículo, estar paranoico u obsesionado por la ruptura de reglas de un contrato social, te debilita y te hace perder tiempo y paz mental en cosas que realmente no deberían preocuparte. Estás gastando energía innecesariamente. Por esa razón yo no tendría una relación monógama con una chica fiestera que tenga una trayectoria de infidelidades. Seguramente estaría todo el rato preocupado por si me pone los cuernos o no.
Con una chica así podría tener una relación esporádica o múltiple, y así si ella tiene otras historias por ahí yo no tendría ningún problema. ¡Otro ojo!: no estoy diciendo que una chica así sea mala persona. ¡Al contrario! Una chica así puede ser perfectamente muy buena persona, muy amiga de sus amigos, con muchas buenas cualidades.
Es sólo que la fidelidad no es una de sus cualidades. Por tanto, puedes pasar momentos geniales con ella, pero no sería muy buena idea entrar en una relación estable. Ni falta que hace, una vez que nos damos cuenta de que no es el único modelo de relación posible. Por la misma razón yo sí podría tener una relación monógama con una chica que me gustase mucho, y que además me diese la impresión de ser una persona legal en todos los aspectos, una persona que cumple lo pactado.
Una persona que, aparte de que me atraiga en otros aspectos y con la que conectase profundamente, sus palabras y acciones fuesen congruentes y que no me diese razones para preocuparme por su posible infidelidad. Al igual que seleccionamos a nuestros amigos y nuestros socios en las empresas, podemos seleccionar perfectamente las chicas con las que nos juntamos, en función de lo que queramos y de las características que veamos en ellas.
¿Quieres una relación tórrida? Busca una chica apasionada. ¿Relaciones múltiples? Busca chicas que no busquen novio, para que así no te agobien demasiado. ¿Relación exclusiva? Elige a una chica que habitualmente cumpla sus compromisos. Y si no estás en condiciones de seleccionar, si no eres capaz de conocer a muchas chicas distintas para elegir, o calibrar de qué pie cojea cada una, de acertar más o menos cómo se comportarían en distintas situaciones, entonces es que aún no has llegado al punto en el que puedas tener una relación estable satisfactoria.
Si te cuesta trabajo conocer a chicas, no tienes que tener una relación estable con la primera que te hace caso: lo que tienes que hacer es salir y adquirir experiencia. No es porque la primera chica que te haga caso lo vaya a hacer mal. Puede ser una chica estupenda. O no. Si no lo sabes porque no entiendes de chicas, entonces estás jugando a la lotería, y que salga bien o mal dependerá bastante de la suerte. Sin embargo, las personas con experiencia y que saben lo que hacen no ponen su felicidad y su bienestar en manos de la suerte.
Olvídate. En serio. Pasa del tema.

Si eres una persona paranoica y haces esto con todas las parejas que tienes, entonces tienes un problema de falta de confianza en las personas. Tienes que arreglar esto, o no tener relaciones exclusivas. Y si en cambio es tu pareja quien te da motivos graves para sospechar de ella en este caso específico, ¿qué narices haces manteniendo una relación que te tiene en un sinvivir? O confias en ella o no confías en ella, pero sea lo que sea, hazlo con todas las consecuencias.

Ahora, con lo que ya sabes, ¿cual dirías que es la mejor forma de que no te pongan los cuernos? La razón más habitual por la que una chica pone los cuernos es porque el chico nuevo le atrae más que su novio. Por tanto, la manera más efectiva de que tu chica no quiera estar con otros chicos es ser siempre su mejor alternativa.
Y para ser la mejor alternativa hay que tener las cualidades de una personalidad masculina, de un hombre alfa. Un hombre masculino y seguro de sí mismo, ¿estaría preocupado constantemente de si le ponen los cuernos, o dedicaría su tiempo y energía a hacer cosas más importantes? Así que ya ves, en cierta forma, la mejor manera de que no te pongan los cuernos es no preocuparte de que te puedan poner los cuernos :)